sábado, 19 de abril de 2014

La Paz, crecimiento descontrolado y anárquico


Tulio Ortiz Uribe
Debido a la falta de políticas de control, de un plan de desarrollo urbano bien estructurado y al aumento de la demanda de vivienda de bajo precio, la ciudad de La Paz ha tenido un crecimiento descontrolado y anárquico, que ha traído como consecuencia el incremento de los costos para dotar de servicios básicos a una población dispersa en colonias de la periferia, que ya muestra una marcada segregación social y económica.

Utilizar cada día más suelo, recursos y servicios municipales por habitante, resulta ya inviable, si se toma en cuenta los graves problemas económicos del municipio, que lo tienen al borde de una crisis financiera.

En las siguientes décadas, las autoridades municipales deberán enfrentar a numerosos y grandes retos: “garantizar la provisión de agua potable, implementar medidas de adaptación y mitigación a los efectos del cambio climático, promover la justicia social, crear sostenibilidad fiscal a largo plazo y proteger los frágiles ecosistemas marinos y terrestres de la región”.

Además, la ciudad debe reducir la pobreza y mantener “la salud económica del núcleo histórico de la ciudad, promoviendo el turismo y administrando adecuadamente el desarrollo en beneficio de los actuales y futuros residentes”

Lo anterior son algunas de las conclusiones y recomendaciones que se proponen en el estudio: “Análisis histórico del uso del suelo y futura huella urbana de La Paz”, elaborado por la consultora Geoadaptive LLC, para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Si no se toman medidas, agrega el documento, en 16 años la ciudad duplicará su mancha urbana, “lo cual impactara la gestión de la ciudad en una forma estructural, ya que bajo esta tendencia y el patrón de crecimiento de ciudad dispersa”, obligará a las autoridades a multiplicar el gasto en servicios municipales y de infraestructura, tales como transporte, educación, salud, agua, electricidad y alcantarillado.

Tal condición no es viable, afirman los analistas, y por tanto es fundamental para la sostenibilidad del desarrollo urbano, que “se tomen las acciones correctivas de esta trayectoria tan demandante e insostenible”

El estudio, elaborado para el Programa de Ciudades Emergentes y Sostenibles del BID, enfatiza que luego de agotarse la vivienda en las zonas centrales y con mejor infraestructura urbana de La Paz, “los desarrolladores han acudido a la búsqueda de parcelas de tierra de bajo costo en la periferia y las afueras de la ciudad, a fin de desarrollar una oferta de vivienda que se ajuste a las realidades económicas del paceño. Esta situación se ha exacerbado debido al crecimiento poblacional, el cual ha alcanzado el 28% entre los años 2000 y 2010”

Pero eso no es  todo, el desarrollo de colonias y corredores habitacionales en la periferia de la ciudad, está trayendo una serie de problemas sociales tales como la pérdida de cohesión, y una marcada segregación social y económica del espacio urbano.

“Desde la perspectiva social, se lee en el reporte, un patrón de huella urbana dispersa genera inestabilidad y descohesión social debido al incremento de las distancias y al aislamiento que sufren las nuevas comunas. Asimismo, esta situación se ve exacerbada debido a que las zonas desarrolladas en la periferia usualmente correspondan a la población con menor poder adquisitivo y mayor marginalidad social y económica”

(Datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el 2012 el 28 por ciento de la población de La Paz eran pobres y pobres extremos, algo así como 80 mil personas. Adicionalmente, en una escala de 0 a 100, La Paz obtuvo en ese año un porcentaje cercano a 20, entre 200 municipios estudiados, en delitos como homicidio, violación, lesiones, robo con violencia y extorsión, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia penal, AC)

Se consumen espacios urbanos y agrícolas
El informe alerta sobre el desplazamiento de espacios urbanos abiertos, así como de uso agrícola, “ambos de gran importancia para la sostenibilidad de la ciudad”, y agrega que es importante “evaluar esta trayectoria no solo desde la perspectiva de qué o cuánto se desplaza, sino además dónde. Por ejemplo, los suelos de usos agrícolas desplazados son los de mayor cercanía a la ciudad y por ende los más importantes para minimizar la huella verde de la ciudad”

Al respecto, prevé que la mancha urbana pasará de 5 mil 425 hectáreas que tiene actualmente, a más de 10 mil 200 proyectadas para el 2030. “Este consumo del recurso suelo es insostenible debido a que impacta de una forma substancial los usos alternativos que puedan darse en dichas áreas”, tales como la producción de alimentos para los habitantes de las ciudad.

Otro problema que enfrenta un patrón de “ciudad dispersa” es el transporte. La necesidad de movilidad  “de personas,  materia y energía hacia y desde dichas localidades da como resultado un uso masivo de los medios  de locomoción. La red de movilidad se satura y los intentos para liberarla de la congestión con más  kilómetros de red, desembocan en un aumento de la congestión y de las variables que están  relacionadas con ella”. Por tanto, en la ciudad difusa aumenta, necesariamente, la emisión de gases a  la atmósfera, la superficie expuesta a niveles de ruido inadmisibles, el número de accidentes y el número de horas laborales perdidas por desplazamientos.

Critica el hecho de que se siga considerando al turismo como la principal fuente de recursos, ya que esto ha traído una serie de problemas de tipo ambiental sobre los recursos naturales por causa de la construcción de complejos turísticos modernos y de un crecimiento urbano descontrolado en zonas no aptas.

Es el caso del agua. La ciudad de La Paz, advierte, “por su característica desértica y de poca precipitación, ha sufrido históricamente problemas de abastecimiento de agua para la población. La sobre explotación de los mantos acuíferos ha puesto en entredicho la vocación turística de la ciudad y la sostenibilidad de su modelo actual de desarrollo, lo que está forzando a las autoridades a replantearse su futuro con base en la disponibilidad de recursos hídricos. Asimismo, la sobre explotación de aguas subterráneas ha generado problemas de intrusión salina, empeorando aún más su frágil relación con el agua”

Otro aspecto que debe generar preocupación por efectos del cambio climático es el hecho de que La Paz, ubicada en el litoral, se encuentra en riesgo de sufrir inundaciones causadas por aumentos en la frecuencia e intensidad de huracanes y tormentas, el incremento previsto del nivel del mar y cambios en la disponibilidad de agua. “Se prevé que estos efectos afectarán no solo a los grupos socio económicamente más vulnerables, sino también a la industria y la agricultura, así como a la infraestructura municipal existente que sostiene esta ciudad”, sostiene el análisis.

En cuanto al futuro económico de La Paz, los analistas dicen que actualmente las condiciones “parecen ser buenas”. Sin embargo, agregan, “el crecimiento probablemente provenga de muy pocos sectores y cause efectos adversos a la sostenibilidad de la región. La industria y la agricultura continuarán contribuyendo a la economía, pero no parecen mostrar tendencia a crecer significativamente en los próximos años. Estos sectores no podrán solucionar fácilmente las desventajas competitivas que se derivan de la baja densidad de población y del aislamiento geográfico de Baja California Sur”

“El comercio y los servicios, continúan,  mantendrán su posición como los principales promotores de la economía, pero el rendimiento de estos sectores es reflejo del nivel de actividad en la economía general y no proveerá una fuente importante de crecimiento independiente del turismo. Bajo la tendencia actual, La Paz crecerá  rápidamente en las próximas décadas a partir de fuentes externas. En particular, el turismo y las empresas inmobiliarias asumirán un papel de catalizadores del futuro crecimiento económico. La venta de tierras se ha incrementado en toda la Península debido a la existencia de clientes extranjeros, que dominan la gran mayoría de las recientes compras y desarrollos”

Finalmente, hacen una serie de recomendaciones a las autoridades municipales, ya que si continúa el desarrollo anárquico y descontrolado, se comenzará a experimentar “problemas más profundos a nivel de dotación de servicios e  infraestructura.”  A este ritmo, dice, “los asentamientos humanos desarrollados en la periferia no contarán con la infraestructura básica (agua potable y alcantarillado, sistemas de drenaje y electricidad), que  la ciudad está obligada a proveer. Los costos para construir la infraestructura urbana son mucho  más altos cuando ésta se ve forzada a seguir el ritmo de los desarrollos, en vez de que éste ocurra en las áreas con infraestructura pública. Una política explícita que anticipe y ordene las futuras  demandas de crecimiento e  infraestructura podría evitar inversiones costosas e innecesarias”


Por tanto, el municipio deberá empezar por definir un modelo de ordenación del territorio más sostenible, que responda a sus recursos financieros y al tamaño y condiciones de su infraestructura, y se enumeran una serie de prácticas en el manejo de ciudades sostenibles, que responden a la problemática que enfrenta el municipio de La Paz: desarrollo urbano compacto; usos mixtos del suelo; baja dependencia de vehículos motores y más opciones para transporte peatonal/bicicleta; preservar los espacios abiertos, suelos agrícolas, la belleza natural, y las zonas ambientalmente cruciales.

Además, reforzar y dirigir el desarrollo hacia las comunidades (e infraestructuras) existentes; establecimiento de alternativas de transporte multimodal; uso eficiente de los recursos; protección de suelos agrícolas y de alto rendimiento; uso completo de los servicios públicos urbanos como el abastecimiento de agua, alcantarillado, calles, y escuelas y, uso de urbanizaciones mixtas donde la proximidad de comercio, oficinas, escuelas y áreas de recreo permitan caminar entre ellos.