jueves, 15 de octubre de 2015


Una más de los consejeros del IEEBCS

Tulio Ortiz Uribe
La Paz, BCS.-A pesar de que el año próximo no habrá elecciones en Baja California Sur, los consejeros del Instituto Estatal Electoral (IEEBCS) aprobaron hoy por unanimidad - "aplicando criterios de honestidad, economía, racionalidad, austeridad y rendición de cuentas",  según argumentan en el documento-, un proyecto de presupuesto de egresos para el 2016 que asciende a 72 millones 667 mil 890 pesos para sus actividades operativas, más 22 millones 951 mil 959 pesos que corresponden al financiamiento público de los partidos políticos; el total es de 95 millones 619 mil 849 pesos.

El presupuesto operativo del Instituto, que es de casi 73 millones de pesos, comprende entre otros los "servicios personales",  que son los salarios y otras prestaciones para el personal del organismo y que ascienden a 46 millones 732 mil 526 pesos, y representa el 64.30 por ciento del total.

Aunque ha habido severas críticas a los sueldos que perciben los consejeros y su presidenta, hoy decidieron conservar el salario que se aprobaron de manera ilegal en marzo pasado, ya que es el Congreso quien determina los presupuestos de ingresos y egresos en el mes de diciembre y ellos se lo asignaron, como se sabe, en el mes de marzo de este año.

De esta forma, si el Congreso aprueba el proyecto de presupuesto 2016 que está por enviarle el IEEBCS,  la presidenta Rebeca Barrera Amador tendrá un salario neto mensual de 102 mil pesos y los consejeros Alberto Muñetón Galaviz, Manuel Bojórquez López, Cecilia Silva Bustamante, Carmen Silerio Rutiaga, María España Rincón Avena y Dulcinea Apodaca Ruiz , de 82 mil 353 pesos netos.Tan solo para estos siete consejeros se presupuestan 14 millones 754 mil 145 pesos.

Las elecciones del 2011, donde se eligió a gobernador, presidentes municipales y diputados al Congreso local tuvieron un costo total para el IEEBCS de 38 millones 511 mil 713 pesos, resulta injustificable que ahora estén solicitando, tan solo para salarios, y en un año en que no habrá elecciones, casi 47 millones de pesos.

Pero resulta más injustificable si comparamos lo que este grupo de consejeros se llevará, prácticamente sin hacer nada, con lo que el gobierno del estado gasta en, por ejemplo, asistencia social a grupos vulnerables: 10 millones 448 mil  871 pesos; becas a estudiantes, 14 millones 867 mil pesos; Escuela Normal Superior: 10 millones 937 mil 949 pesos;  Conalep 29 millones 244 mil pesos; Comisión Estatal de los Derechos Humanos, 6 millones 380 mil pesos;  Patronato del Estudiante Sudcaliforniano 26 millones 773 mil pesos.

La cereza del pastel: para el pago de boletos de avión, viáticos y hospedaje en sus viajes a otras partes del país, solicitan 7 millones 227 mil 922 pesos.

Qué bueno que haya buenos salarios en el Estado, el problema es la inequitativa distribución del ingreso. Mucho para pocos, migajas para el resto.

domingo, 11 de octubre de 2015

Llegar a Los Pinos, bien vale una misa

Miguel Ángel Ferrer

"Hablad suavemente, pero empuñad un gran garrote" aconsejaba el primer Roosevelt (Teodoro, presidente de Estados Unidos entre 1901 y 1909). De entonces para acá, la frase ha sido la divisa del imperialismo estadounidense. Se puede dialogar y se puede negociar, pero sin exabruptos. Y mostrando siempre de qué lado está la fuerza. Y amenazando, también siempre, con el uso de la violencia.

Pero la llamada divisa del "Gran Garrote" o del "Big Stick" no ha sido a lo largo de las décadas de uso exclusivo del imperialismo yanqui. En México ha tenido célebres practicantes. Así, de pronto, vienen a la mente dos casos emblemáticos.

En la década de los cuarenta del siglo pasado, el gobernador poblano Maximino Ávila Camacho, hermano mayor del entonces presidente de la república, quería comprar un rancho. Pero el dueño se negaba a venderlo a pesar de lo jugoso de la oferta del político y militar. Frente a la reiterada negativa del propietario, el atrabiliario gobernador encontró la fórmula magistral para lograr su propósito: le dijo al rejego ranchero: "Me vende usted el rancho o me lo vende su viuda".

¿Y quién no recuerda aquel famoso discurso de otro poblano, el presidente de la república (1964-1970) Gustavo Díaz Ordaz? Dijo tender la mano a los muchachos del movimiento estudiantil de 1968, pero el conflicto terminó en la matanza de Tlatelolco, aquella fatídica noche del 2 de octubre.

Ahora aparece en escena un nuevo personaje de finas maneras, de palabras suaves, de invitación al diálogo y a la concordia, pero explícitamente amenazante. Se trata del recién estrenado secretario de Educación Pública, licenciado Aurelio Nuño Mayer.

Cuestionado por los periodista sobre la convocatoria de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) a un paro nacional el próximo lunes 12 de octubre, afirmó que "tenemos un gran respeto al derecho que tienen todos los maestros, como cualquier mexicano, a manifestarse, pero insistimos en que éste no puede estar por encima del derecho que tienen los niños a la educación y tienen que cumplir con sus obligaciones, y si estas actividades implican que falten a clases vamos a aplicar la ley".

Muy respetuoso de los derechos laborales de los mexicanos en general y de los maestros en particular, Nuño Mayer debería saber que los paros, las suspensiones de labores, las huelgas son mecanismos de las luchas laborales legitimados por la historia mexicana y universal. "Hablad suavemente, pero empuñad un gran garrote".

Está bien luchar para no ser atropellados por el patrón. Pero sólo en domingos y días festivos. O por las noches. Nada de suspender las clases. Porque al que se le ocurra se le descontará el salario del día de la ausencia. Y como el principio rector de la conducta de Nuño es la aplicación irrestricta de la ley, se harán necesarias otras medidas punitivas, como más descuentos salariales, las actas de abandono de empleo y el cese fulminante del profesor, sin dejar de lado, desde luego, la represión policiaca o militar. Y, por supuesto, el empleo de provocadores, halcones y reventadores de marchas y protestas. Todo, claro está, con el fin de aplicar escrupulosamente la ley.

De modo que ya sabemos cómo irán las cosas en los próximos meses. Palabras suaves y dura represión. Incluidas en ésta, desde luego, la cárcel para los maestros que persistan en defender sus legítimos derechos laborales y ciudadanos. Quizá Nuño Mayer piense, como aquel célebre rey, que llegar a Los Pinos bien vale una misa ferozmente represiva y sangrienta. 


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