Psicosis de la estupidez
Jaime Richart
No digo que a una enfermedad estacional contagiosa aunque en
sí misma benigna salvo complicaciones que afecta principalmente a los mayores,
no le presten atención los medios y no le hagan un hueco en la
noticia. Lo que digo es que el modo de tratar mediáticamente el asunto es un
desvarío que roza la psicosis que, dada la potencia psicológica del
instrumento, puede inducir a la histeria colectiva y en todo caso colapsa las
salas de espera de los centros de salud, en detrimento de la atención que
requieren otras afecciones incluso más graves.
Como es lógico, los medios saben muy bien lo que hacen
y los efectos que producen. Por eso no me puedo creer que este matar un virus
informativamente a cañonazos tratando la noticia sobre esta gripe como si
estuviésemos ante la peste bubónica, no esté calculado con la precisión del
agrimensor. Llevamos casi un mes asistiendo al espectáculo enfermizo en todas
las cadenas privadas españolas del bombardeo informativo acerca de una
enfermedad en el fondo irrelevante al lado de todas las demás.
No es posible que una simple gripe ponga patas arriba
a un país pues, salvo China, que alberga a casi una quinta parte de la población
del mundo, no me imagino a ninguno otro tratando la información de esta manera
sin uno o varios motivos coordinados ocultos. Llevamos casi un mes sometidos a
una obsesión informativa acerca de una gripe que, como toda la vida y más bien
por sus complicaciones, a duras penas mata sólo a ancianos y cuyo número
total de casos confirmados hasta ahora según la BBC News es en todo el mundo
111.839 y el número total de muertes por este virus 3971. Teniendo en cuenta
que la pasada temporada, por complicaciones derivadas de esa enfermedad se
produjeron 800.000 casos y 15.000 muertos, según
htttps://www.redaccionmedica.com, y nada se dijo fuera del ámbito sanitario y
de la noticia suelta, no me cabe duda de que algo turbio tiene que haber detrás
del asunto.
En realidad esta neuropatía, está paranoia, no es
infrecuente en las cadenas privadas generalistas. Cogen un asunto y no lo dejan
hasta que lo pulverizan. Pero éste sobrepasa todo lo imaginable. Es
mediáticamente nauseabundo. En primer lugar por lo dicho, la de este año no
consta que se diferencie por su virulencia significativamente de otras gripes.
Y en segundo lugar, porque está cundiendo el pánico y colapsando las salas de
espera de los centros de salud, a costa de otras afecciones.
Una de dos, o esta delirante campaña es otra
estratagema de laboratorio para velar otros asuntos siniestros de alcance
mundial o doméstico de España, o los medios de comunicación han agotado su
imaginación como se ha secado la creación cinematográfica y de ahí la reiteración
de la truculencia, de los zombis y del futurismo barato so pretexto de
modernidad. Si los medios (sus dueños) no están implicados en la puesta en
marcha de esta locura, lo que deben hacer es afanarse en la tarea de averiguar
a qué responde esta exasperante y a la vez estúpida campaña mediática. ¿Será
cosa este fenómeno del ámbito financiero, por ejemplo? ¿O será propio de la
necedad de la que habla Erasmo de Rotterdam en su Tratado de la Estulticia,
pero en este caso masiva? En todo caso, dentro de quince días, estemos seguros
de que no volverá a hablarse del asunto. Lo que pasó con la gripe Ébola o
la gripe Aviar que también parecieron precursoras del fin de
la especie humana pero sin tanta aparatosidad ni bombardeo informativo como los
de la actual psicosis…
*Jaime Richart, Antropólogo y jurista