sábado, 14 de marzo de 2020


Psicosis de la estupidez

Jaime Richart
No digo que a una enfermedad estacional contagiosa aunque en sí misma benigna salvo complicaciones que afecta principalmente a los mayores, no le presten atención los medios   y no le hagan un hueco en la noticia. Lo que digo es que el modo de tratar mediáticamente el asunto es un desvarío que roza la psicosis que, dada la potencia psicológica del instrumento, puede inducir a la histeria colectiva y en todo caso colapsa las salas de espera de los centros de salud, en detrimento de la atención que requieren otras afecciones incluso más graves.
 Como es lógico, los medios saben muy bien lo que hacen y los efectos que producen. Por eso no me puedo creer que este matar un virus informativamente a cañonazos tratando la noticia sobre esta gripe como si estuviésemos ante la peste bubónica, no esté calculado con la precisión del agrimensor. Llevamos casi un mes asistiendo al espectáculo enfermizo en todas las cadenas privadas españolas del bombardeo informativo acerca de una enfermedad en el fondo irrelevante al lado de todas las demás.
 No es posible que una simple gripe ponga patas arriba a un país pues, salvo China, que alberga a casi una quinta parte de la población del mundo, no me imagino a ninguno otro tratando la información de esta manera sin uno o varios motivos coordinados ocultos. Llevamos casi un mes sometidos a una obsesión informativa acerca de una gripe que, como toda la vida y más bien por sus  complicaciones, a duras penas mata sólo a ancianos y cuyo número total de casos confirmados hasta ahora según la BBC News es en todo el mundo 111.839 y el número total de muertes por este virus 3971. Teniendo en cuenta que la pasada temporada, por complicaciones derivadas de esa enfermedad se produjeron 800.000 casos y 15.000 muertos, según htttps://www.redaccionmedica.com, y nada se dijo fuera del ámbito sanitario y de la noticia suelta, no me cabe duda de que algo turbio tiene que haber detrás del asunto.
 En realidad esta neuropatía, está paranoia, no es infrecuente en las cadenas privadas generalistas. Cogen un asunto y no lo dejan hasta que lo pulverizan. Pero éste sobrepasa todo lo imaginable. Es mediáticamente nauseabundo. En primer lugar por lo dicho, la de este año no consta que se diferencie por su virulencia significativamente de otras gripes. Y en segundo lugar, porque está cundiendo el pánico y colapsando las salas de espera de los centros de salud, a costa de otras afecciones.
 Una de dos, o esta delirante campaña es otra estratagema de laboratorio para velar otros asuntos siniestros de alcance mundial o doméstico de España, o los medios de comunicación han agotado su imaginación como se ha secado la creación cinematográfica y de ahí la reiteración de la truculencia, de los zombis y del futurismo barato so pretexto de modernidad. Si los medios (sus dueños) no están implicados en la puesta en marcha de esta locura, lo que deben hacer es afanarse en la tarea de averiguar a qué responde esta exasperante y a la vez estúpida campaña mediática. ¿Será cosa este fenómeno del ámbito financiero, por ejemplo? ¿O será propio de la necedad de la que habla Erasmo de Rotterdam en su Tratado de la Estulticia, pero en este caso masiva? En todo caso, dentro de quince días, estemos seguros de que no volverá a hablarse del asunto. Lo que pasó con la gripe Ébola o la gripe Aviar que también parecieron precursoras del fin de la especie humana pero sin tanta aparatosidad ni bombardeo informativo como los de la actual psicosis…
 *Jaime Richart,  Antropólogo y jurista