Amenaza militar a Venezuela desde Colombia
Podría ser: la descripción de la tragedia
Carlos Meneses Reyes
Un veterano “perro de la guerra” como John Bolt, de bigote
blanco, consejero de Seguridad Nacional en la Casa Blanca, deja ver una
anotación manuscrita de su libreta personal e inspira la mas curiosa acción
secreta que manipula el Imperio en el enunciado de “todas las opciones” sobre
la mesa, para el paso a seguir en la derrota a la República Bolivariana de
Venezuela; sepultar cualquier forma de opción alterna, no propiamente
socialista, al neoliberalismo salvaje; proseguir con el asalto y saqueo a los
recursos de esa nación e instalarse en el control del Esequibo ( conocida como
la Guayana Esequiba cuya soberanía disputa Venezuela basándose en el Acuerdo de
Ginebra del 17 de febrero de 1966 y desde entonces controlada por las Fuerzas
Bolivarianas), arrebatarle al mundo el pulmón amazónico y darle a América
Latina el zarpazo contra la Pacha Mama.
La intervención militar según los apuntes en las notas de
John Bolton dice: “Afganistan- > welcome the talks. 5.000 troops to
Colombia”. La interpretación para encontrar el verdadero sentido de lo anotado
alude a 5.000 efectivos de tropas a Colombia; o en Colombia; o por Colombia. Lo
claro es el objetivo con destino a una intervención militar a Venezuela. Si
fuere a Colombia significaría el efectivo del paso de marines por Colombia. Si
fuere o aludiría a la disposición de los 5.000 soldados colombianos, de su
inmenso pie de fuerza militar expansionista para penetrar a territorio
venezolano. O por Colombia se refiere a manipulada preparación de efectivos de
otros países con Colombia; preparando o haciendo cambios para conseguir un
número óptimo de tropas junto con países como Perú y Brasil enrutados en el
beneficio conspirativo contra la República Bolivariana. Deja entrever que las
acciones secretas preparatorias apuntan a la invasión a Venezuela por la
Amazonía y no por el Atlántico, ni el Caribe. El portaviones de guerra ruso
anclado en la isla Margarita, era una verdadera montaña en el mar y supera en
volumen al de los Estados Unidos. Los aviones de guerra rusos, dispuestos en el
océano, solo sus llantas son superiores a la estatura de un ser humano. La
Cabeza de playa, es un término militar que comprende el arribo de suficientes
efectivos para crear una posición fuerte que garantice un comienzo ofensivo. El
numero optimo seria 15.000 soldados. Es decir, 5.000 por cada país citado. Así,
la creación de ese Vietnam latinoamericano correría a cargo de los cipayos y
luego vendrá la posesión del amo yanqui.
Asistimos a una retórica, en el que lenguaje empleado,
resume palabrerías que significan todo lo contrario. Cuando el ministro uribeño
y militarista de Relaciones Exteriores de Colombia, anuncia que desconoce la
razón de la anotación de su congénere gringo, es porque sabe y conoce bien que
el tinglado diplomático y de ámbito político sobre Venezuela, está desplazado
por la diplomacia de las cañoneras norteamericanas.
En cuanto respecta a nuestro país, Colombia, las condiciones
geopolíticas objetivas no dan para la búsqueda de una salida política al
conflicto armado interno. La errática decisión política del presidente I. Duque
de dar por finalizados los diálogos con el Ejercito de Liberación Nacional de
Colombia (E.L.N.), causa escozor en el Departamento de Estado. Tan desafiante
su actitud que el malhadado proceso anticipado de desarme de las antiguas
Farc-ep resulto pírrico. Tan desafiante que habilita el que las Insurgencias
armadas (ELN, EPL y fracciones de las antiguas Farc-ep) en la extensa frontera
desde El Catatumbo por Arauca, hasta el Río Negro en el punto de confluencia de
las tres fronteras: La Guadalupe de Colombia, Cucai de Brasil y la orilla o
cauce venezolano del río negro, identifiquen un “enemigo común”. Esas
Insurgencias se erigirían en atalayas contra el ejército invasor. Y como el
calificado cártel de Lima, por parte del presidente Maduro, por mandato de sus
oligarquías cipayos y lacayas, para no aludir a eufemismos sobre personas
aduladoras y serviles, le apuntan a jugar con el fuego de la guerra, es de
esperarse que en esos países las juventudes antiimperialistas y antifascistas
engrosaran miles de milicias internacionalistas en apoyo material al bravo
pueblo y soberanía de la Patria de Bolívar.
El escenario de la guerra será la extensa frontera
colombo-venezolana y asolará de devastación, miseria y sangre a campos y
ciudades: a nuestro pueblo.
Al escribir esta nota lo hago bajo la influencia del
tremendismo literario. Tendencia literaria que surgió posguerra civil española.
Como producto de la “Generación de la violencia”, la de los colombianos (as)
nacidos en la década de 1940 que padecimos en los vientres maternos la
desesperanza de la guerra mundial y la tragedia por el asesinato de Jorge
Eliecer Gaitán. En mi imaginación revuela la tragedia. De mi pluma fluye la
trama de la violencia, el maltrato de experiencias vividas por los pueblos o la
Humanidad en guerras. El desgarre por lo duro. No puedo clamar por el puño
enhiesto; como por la conquista de la independencia de los pueblos en forjar su
propio destino interno.
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