jueves, 21 de mayo de 2020


López Obrador propuso un modelo “todo nuevo”, que deseche las recetas de los organismos financieros

Gerardo Villagrán del Corral
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) seguró que para hacer frente a la crisis económica que generó el Covid-19 se requiere un modelo del todo nuevo, que definió como Estado de bienestar igualitario y fraterno, basado en democracia, justicia, honestidad y austeridad, y destacó que el coronavirus precipitó el derrumbe del modelo neoliberal.
Indicó que el nuevo modelo debe desechar las recetas de los organismos financieros internacionales, supuestamente orientadas a revertir las crisis recurrente, pero que provocan nuevos ciclos de concentración de la riqueza, nuevas espirales de corrupción, crecimiento de la desigualdad, ensanchamiento de los abismos sociales entre las regiones y entre lo urbano y lo rural,
En su ensayo La nueva política económica en los tiempos del coronavirus, resaltó que el Estado debe tener como propósito principal la promoción del desarrollo para garantizar el bienestar del pueblo, dando preferencia a la población pobre. Para AMLO, la crisis actual permite visualizar nuevos horizontes y hay que aprovechar de este crítico interludio para avanzar con un renovado planteamiento de justicia social.
López Obrador sostiene que el problema de fondo no es el Covid-19, sino el sistema de organización social hegemónico basado en la explotación y la dominación de unos seres humanos sobre otros, y de todos los humanos sobre la naturaleza; y que  el neoliberalismo no es solo una teoría económica, sino un esquema completo de valores y una constelación específica de poder político y social; y por ende, el mundo posneoliberal no debe implicar un simple retorno nostálgico a las viejas teorías del estado de bienestar y las políticas keynesianas contracíclicas, sino el lanzamiento de nuevas ideas y prácticas,.
López Obrador insiste en que el nuevo planteamiento posneoliberal se debe construir a partir de las especificidades y las idiosincrasias de cada país, tras abordar la problemática actual de manera estructural e integral e invita a dejar el camino trillado de las últimas cuatro décadas y buscar uno del todo nuevo a partir de una reinterpretación de nuestra historia y tradiciones, y tatificó que el nuevo plan de gobierno es acabar con la corrupción, en vez de conseguir líneas de crédito para endeudar al país, y terminar con la impunidad a fin de liberar fondos para el desarrollo.
El presidente explicó que la meta es otorgar apoyos a 70 por ciento de los mexicanos en esa condición, y al 30 por ciento restante, que tiene mejores ingresos, nuestro modelo le da posibilidad de hacer negocios, obtener ganancias lícitas y progresar sin trabas o ataduras. Aseguró que la ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá atraerá más inversión extranjera, y sostuvo que a pesar del coronavirus, de enero a marzo la inversión foránea fue de 10 mil 334 millones de dólares, 1.7 por ciento más que en el mismo trimestre del año pasado. “La vecindad con la economía más fuerte del mundo en las circunstancias actuales de recesión global nos ayudará a impulsar nuestras actividades productivas y a crear nuevos empleos. Es un hecho que el tratado atraerá más inversión extranjera para la industria de exportación”, señaló en el texto de 30 cuartillas.
El Presidente busca remplazar la teoría del goteo, según el cual si llueve fuerte arriba gotea abajo, como si la riqueza fuera permeable y contagiosa, con una visión profundamente democrática en que todos los ciudadanos contribuyen con su pieza correspondiente en el gran rompecabezas de la economía nacional. Su primer punto del planeamiento económico es un concepto político: la democracia. En la actualidad, economía y democracia van de la mano; la separación entre el poder económico y el poder político se está convirtiendo en una realidad. Acorde al viejo esquema, la economía debe ser pura y tecnocrática y no dejarse contaminar por criterios políticos o ideológicos. En contraste, López Obrador plantea una economía moral y democrática que privilegia el bienestar y la felicidad en lugar del crecimiento y la mera eficiencia.
Simultáneamente, busca separar el poder económico y el poder político. Es decir, si bien hay que pensar la economía desde la política, esta política debe desarrollarse a partir del interés público en lugar de los intereses privados:. defender la autonomía del Estado frente a los poderes fácticos que buscan utilizar su dinero e influencias para doblar a las instituciones públicas. Cuestionó la lógica neoliberal de que el Estado debe limitarse a ser un simple gestor de oportunidades en materia económica y social, para en su lugar proponer un Estado garante de derechos en todos los ámbitos:
López Obrador destacó que su gobierno impulsa el desarrollo para el bienestar; “queremos construir la modernidad desde abajo, entre todos y sin excluir a nadie. Ese ‘abajo’ implica el protagonismo histórico que se han ganado los siempre desposeídos, oprimidos, despojados y discriminados, aquellos que han sido tradicionalmente atropellados por los grandes intereses económicos, ignorados por los medios de información convencionales y privados del ejercicio de sus derechos por el poder político”.
“Tras más de tres décadas de neoliberalismo rapaz, lo nuestro, lo ya emprendido, es una construcción colectiva en la que hay sitio para la vasta diversidad de posturas políticas, condiciones socioeconómicas, espiritualidades, culturas, regiones, idiomas, ocupaciones y oficios, edades, identidades y preferencias sexuales que confluyen en la población actual de México, sin discriminar a nadie”, indicó. 
Señaló que la prueba más fehaciente del fracaso de la política neoliberal en México se advierte con claridad en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, cuando se concentró la riqueza en pocas manos, y aunque la economía creció a una tasa promedio anual de 4 por ciento, se dio el mayor incremento de la desigualdad en la historia moderna de México. Nuestro plan de recuperación económica, aseveró, no se ajusta al modelo neoliberal o porfirista, se basa en desechar la obsesión tecnocrática de medirlo todo en función del mero crecimiento, lo fundamental es la distribución equitativa del ingreso y de la riqueza”.Advirtió que los ocho mil millones de dólares (ocho billones en inglés) , que de acuerdo con la revista Forbes poseen dos mil 95 personas es equivalente a 32 años del presupuesto federal de México.
El Presidente manifestó que el regreso a la nueva normalidad debe ir acompañado de la convicción de profundizar en los cambios ya iniciados por nuestro gobierno y poner atención en todo aquello que permita mejorar las condiciones de vida de los mexicanos para alcanzar una sociedad mejor.
AMLO dio a conocer el texto en redes sociales desde el recinto de Palacio Nacional donde se llevó a cabo el juramento de la Constitución liberal de 1857. Lo dedicó a enfermos y dolientes por la pandemia de Covid-19 y expresó que “no son ocurrencias, esto es producto de la reflexión y de la experiencia, recogiendo los sentimientos de nuestro pueblo”.
________________________________
Gerardo Villagrán del Corral es antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico CLAE, www.estrategia.la