viernes, 29 de marzo de 2019


El escritor Pérez Reverte debe ser declarado persona non grata tras los insultos proferidos contra López Obrador

Carlos de Urabá
Ahora resulta -que según muchos historiadores los conquistadores de América deben ser considerados héroes y paladines. Hitler también para muchos es un gran guerrero y liberador de pueblos. Acordémonos que el führer invadió territorios como los Sudetes, Checoslovaquia, Polonia, Francia, Hungría etc, en la Segunda Guerra mundial- De inmediato se unieron a las huestes nazis miles de traidores nativos dispuestos a dar su vida por la grandeza del III Reich . Con razón Hitler logró avanzar rápida y eficazmente en su campaña militar.Ahora resulta que Hernán Cortés, el invasor del actual México-y que como Hitler recibió ayuda de pueblos originarios- muchos le consideran más un redentor que un asesino. Cortés llegó a México por mediación divina a civilizar a los indios salvajes que se dedicaba a sanguinarios rituales de canibalismo. Y eso lo dicen aquellos hipócritas verdugos que aplicaron las más terribles artes de tortura-como el potro, la hoguera o el garrote vil- contra los blasfemos herejes que se negaban a aceptar los dogmas de la santa madre iglesia. Esos indígenas o seres inferiores debían arrodillándose ante los altares para recibir el sacramento del bautismo a manos de los satánicos inquisidores que les "perdonaron la vida" con la promesa de alcanzar el paraíso celestial. Los sanguinarios conquistadores sedientos de oro y piedras preciosas con la espada y la cruz nos salvaron de las llamas del infierno al convertirnos en súbditos del rey de España.

Se han criminalizado a los pueblos originarios para hacerlos pasar como los únicos culpables de su cruel destino. España ha demostrando su gran corazón y generosidad pues nos legó la lengua y la fe en un Dios único y verdadero. Por lo tanto sus descendientes deben rendirse de rodillas ante su majestad el rey Felipe VI, heredero de la dinastía borbónica y darle infinitas gracias por sus bondadosas y benefactoras dádivas. Que seríamos sin sus muestras de infinita solidaridad.

Los ejércitos nazis avanzaron victoriosos por Europa y medio mundo como las armadas españolas extendieron su poderío por todo el continente americano. El führer fue entronizado y glorificado igual a lo que sucedió con Hernán Cortés y sus esbirros. Los conquistadores impusieron las leyes de pureza de sangre al mejor estilo de las leyes eugenésicas arias. Las encomiendas, mitas y resguardos cumplieron el papel de campos de concentración donde se esclavizaba a los " indígenas" y donde podían redimir sus pecados. Con clemencia y misericordia "el trabajo os hará libres (arbeit macht frei)" como bien rezaba ese célebre lema nazi colocado en la entrada del campo de exterminio de Auschwitz. La explotación, el expolio de las riquezas y las materias primas esclavizando a los indígenas y a los negros parece que son más virtudes que crímenes de lesa humanidad.

"Es la hora de olvidar el pasado, pasar página y reconciliarnos como hermanos" --dicen los cipayos monárquicos de uno y otro lado del océano. Pero la memoria histórica nos relata capítulos dramáticos que nos conmueven como el martirio de las comunidades nativas, la violación de las mujeres indígenas, los abusos contra los niños y adolescentes. Ese terror inoculado todavía perdura en carne viva y en el inconsciente colectivo de nuestras etnias. La conquista no ha terminado porque las empresas y multinacionales españolas se extienden por todo el continente eternizando su dominio político y económico.

El reino de España soberbio y pretencioso se niega a pedir perdón por los crímenes cometidos durante conquista y colonización del Nuevo Mundo. Pero nada de eso nos debe extrañar pues en Europa renace con renovado ímpetu el nazismo y orgullosos sus cachorros levantan los brazos en alto homenajeando a sus líderes más preclaros. En España el partido ultraderechista Vox defiende ese pasado glorioso de la conquista y colonización de América que hace parte de su ideario político. Nostálgicos admiran ese "imperio donde jamás se ocultaba el sol", y toman las posiciones de vanguardia. Los indígenas o herejes, por supuesto, son los únicos culpables. Se le rinde el culto al negacionismo, el revisionismo histórico proclamándose los únicos poseedores de la verdad.

López Obrador exige al rey de España que pida perdón por los agravios de la conquista y colonización de América. ¿es acaso este un despropósito? ¿está equivocado el presidente? tenemos que reivindicar la dignidad humana y sacar cara por aquellos pueblos humillados y vilipendiados que se resisten a ser exterminados -hoy por la globalización neoliberal. Reclamaremos hasta el fin de los tiempos porque se haga justicia y reparación con las víctimas de este espantoso genocidio que el reino de España quiere presentar como una "inolvidable epopeya".

Ante el ataque furibundo del escritor español Pérez Reverte lanzado oprobiosos insultos contra el presidente López Obrador por reclamarle al rey de España que pida perdón por los crímenes cometidos contra los pueblos originarios durante la conquista y colonización de México . Este romántico bucanero admirador de las hazañas imperiales hispanas escupió la dignidad de nuestro presidente López Obrador llamándolo "Imbécil" y "sinvergüenza" por lo tanto exigimos que este miserable heredero de los terroristas Cortés y Pizarro sea declarado persona non grata y jamás vuelva a pisar el suelo mexicano.
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miércoles, 13 de marzo de 2019

Entrevista a Frei Betto, teólogo, filósofo, antropólogo y escritor
“El socialismo es el nombre político del amor”

Javier Larraín

Frei Betto nació en Minas Gerais, Brasil, en 1944, y siendo joven estudió periodismo, se hizo fraile dominico, colaboró con la guerrilla de la Acción Libertadora Nacional – fundada por Carlos Marighella–, cayó preso durante la dictadura y, una vez liberado, se adentró en las favelas, para vivir con los pobres el Evangelio de Jesús.Teólogo, filósofo, antropólogo y escritor, es autor de 64 libros. Además fue asesor en materia eclesial de numerosos Gobiernos socialistas, al tiempo que cultivó durante más de tres décadas una estrecha relación de amistad con el comunista cubano Fidel Castro. Actualmente oficia de educador y asesor de movimientos pastorales y populares, y para hablar de la contingencia regional Correo del Alba le comunicó, accediendo generosamente Betto a responder nuestras preguntas.
¿Qué ocurre con los procesos progresistas que no logran cautivar al electorado latinoamericano? ¿Cuáles han sido los límites de sus proyectos y de su poder?
Más allá de la ofensiva de la derecha en nivel mundial, sobre todo por el control de las redes digitales, hay factores subjetivos que explican las derrotas electorales, como ha ocurrido en Brasil, Argentina, Ecuador y, ahora, en El Salvador.
Nuestros gobiernos progresistas han promovidos avances importantes, como reducir la desigualdad social, garantizar la defensa del medio ambiente, proteger los derechos humanos, priorizar los servicios de salud y educación, y tantas otras conquistas. Sin embargo, hemos cometido algunos equívocos: no hicimos alfabetización política del pueblo, creamos en la nación una mentalidad de consumismo y no de protagonismo social y político, confiamos demasiado en los commodities y no tratamos de fomentar el mercado interno, tampoco hemos valorado y fortalecido los movimientos populares, entre otras cosas.
¿Cree que hay una contraofensiva derechista global? En caso afirmativo, ¿por qué se produce?
Sí, hay una contraofensiva mundial. Para mí las causas son: el desencanto con los partidos políticos, la corrupción gubernamental, el uso intensivo de las redes digitales para difundir fake news y campañas para desacreditar a la izquierda y a los progresistas, la manipulación de la religión dentro del marco del moralismo (homofobia, machismo, prejuicios con extranjeros, negros e indígenas), entre otras.
En el último lustro, la intelectualidad instauró un debate en torno al “ciclo progresista” en nuestro subcontinente. ¿Cree que la historia pueda evaluarse en términos de “ciclos”?
Sí, parece que los “ciclos” se confirman, a pesar de que no se les puede considerar como una fatalidad.
¿Cuáles son las deudas pendientes en materia ideológica, filosófica y política de los gobiernos progresistas, nacionalistas y de izquierdas de los últimos años?
Las deudas pendientes son muchas. Nosotros, izquierda y progresistas, no hemos sido radicalmente éticos, y no siempre hemos sancionado a nuestros compañeros comprobadamente involucrados en actos de corrupción. No tratamos de organizar políticamente a los sectores pobres beneficiados con nuestras políticas sociales. No hemos sabido trabajar bien con los medios de comunicación de masas, en especial en la Internet.
Igualmente, muchas veces cambiamos un proyecto de país por un proyecto de poder. Vencer en las elecciones se tornó más importante que cambiar las estructuras arcaicas de nuestros países.
¿Qué temas deben ser ineludibles para cualquier proceso emancipador que se defina a sí mismo como anticapitalista?
Primero, fortalecer la democracia a través de la valorización de los movimientos populares, ambientales, de defensa de los derechos humanos. Segundo, tener el coraje de implementar iniciativas de economía solidaria, cooperativas, del Buen Vivir.
Igualmente, priorizar el acceso de la gente a bienes sociales (salud, educación, vivienda, transporte, trabajo, saneamiento) y no a los bienes personales (celulares, carros, fogón, televisor, entre otros).
¿Por qué le resulta más fácil aparentemente reciclarse al capitalismo que al socialismo?
Porque el socialismo está demonizado por la cultura predominante en la sociedad neoliberal. No se puede olvidar que el modo de pensar de una sociedad es generalmente el modo de pensar de la clase que domina esta sociedad. Y el capitalismo corresponde a lo más fuerte en nosotros: el egoísmo. Él prioriza la competencia, y no la solidaridad; la apropiación privada de la riqueza, y no compartir los bienes; los placeres, y no los derechos. En cambio, el socialismo es el nombre político del amor. La humanidad no tiene futuro fuera del socialismo, cuyos valores están más cerca del Evangelio de Jesús.
¿Cuál es el valor de la Revolución bolivariana? ¿Cuál sería el costo de su caída para el conjunto de las fuerzas de izquierda de este lado del mundo?
Sería una grave derrota más para quienes creemos en la Revolución bolivariana. Y, claro, los pobres siempre pagan las cuentas de nuestros fracasos.
Llevándolo a su país, ¿por qué ganó Jair Bolsonaro?
Ganó Bolsonaro por la ola antipetista que se creó, sobre todo por la vía de las redes digitales, ganó por la movilización de las iglesias neopentecostales conservadoras, mientras las iglesias Católica y protestantes no hicieron –como aquellas– trabajo de base popular, ganó porque se victimizó después de la cuchillada y no participó de los debates electorales, ganó por la incapacidad de los progresistas de hacerse una autocrítica y sancionar con rigor a los corruptos.
¿Cuál es el balance que hace del primer mes de gestión de Bolsonaro?
En este primer mes de gobierno, todo se parece a una casa de locos, con ministros diciendo los más increíbles disparates y con una evidente falta de rumbo. Además, las denuncias de corrupción del hijo de Bolsonaro han desmoralizado el discurso ético que como candidato hacía. El desmoronamiento del Gobierno es tan grande que, en este momento, no hace falta oposición.
¿Cuál es el papel que juega América Latina en el mundo?
Somos el continente más desigual del mundo. Pero tenemos muchas riquezas naturales y espirituales que no se encuentran en otras partes del planeta, como el bioma amazónico y la mezcla entre indígenas, negros y blancos. Y aquí, a pesar de todo, hay algo que ya no se halla en otros continentes: esperanza.
¿Qué es ser de izquierda hoy? ¿Qué características humanas deben tener las y los sujetos revolucionarios?
Según Norberto Bobbio, son de izquierda todos los que se indignan frente a la desigualdad social. Y son de derecha todos los que creen natural la desigualdad social.
Los sujetos revolucionarios tienen que tener al menos dos características: vincularse a los pobres y mantener una rigorosa postura ética. Fuera de eso, sufrimos desmoralización.
¿Se puede ser de izquierda y promover ideales emancipatorios sin ser anticapitalistas?
Quien promueve ideales emancipatorios acaba por ser anticapitalista. No hay posibilidad de emancipación dentro del capitalismo.
En su 60 aniversario, ¿cuáles cree que son los aportes y enseñanzas fundamentales que ha dejado la Revolución cubana?
La Revolución cubana nos enseña que hay que dejar al pueblo gobernar, y no gobernar para el pueblo. Y hacer una autocrítica constante, que en Cuba tuvo diferentes nombres: emulación, lineamentos, rectificación, entre otros.
¿Por qué EE.UU. no invade Cuba, como hizo con Irak y Afganistán? Porque aprendió en Vietnam que puede echar a abajo un gobierno, pero jamás a un pueblo.
Por último, quisiera pedirle se exprese sobre Hugo Chávez Frías.
Un líder del mismo rango de Bolívar y Fidel. 
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(Publicado en la revista Correo del Alba No. 83, Marzo de 2019 / www.lacorreo.com)
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lunes, 4 de marzo de 2019


AMLO: aprobación popular creciente

Miguel Ángel Ferrer

Según todas las encuestas del dominio público es muy alto el porcentaje de aprobación de los actos de gobierno del presidente López Obrador y del propio jefe del Poder Ejecutivo. Una aprobación que en general se acerca al 90 por ciento. Algunos sondeos, ciertamente, no alcanzan esa cifra máxima, pero están muy próximos a ella. Y en ningún caso bajan del 70 por ciento.
De modo que de cada 10 mexicanos, entre 7 y 9 aprueban los actos del nuevo gobierno. Se trata indudablemente de un fenómeno social inédito en la historia de México. Y máxime si se toma en cuenta que se trata de un porcentaje de aprobación logrado en medio y a contrapelo de una enorme campaña de descalificaciones y ataques contra el presidente y su gobierno por cuenta del conservadurismo mexicano.
Una campaña que bien podría calificarse de guerra sucia, de propaganda negra, de terrorismo informativo y hasta de sabotaje económico. Una campaña que reedita los modos y los propósitos de la tristemente célebre cruzada antiobradorista que se expresó en la frase “López Obrador es un peligro para México”.
En el ámbito de la economía ahora se habla, por ejemplo y sin ninguna base objetiva, de un inminente colapso de Petróleos Mexicanos. De la imposibilidad de recuperación financiera de la paraestatal. De una política oficial de nuevos gasolinazos. De peligros de nuevas etapas de desabasto de combustibles. De un presente y un futuro de caída en la producción de estos estratégicos bienes.
A este terrorismo informativo lo proveen de abundantes municiones las empresas financieras, la calificadoras, los bancos privados nacionales y extranjeros y la industria de la especulación financiera y monetaria.
Y por lo que toca a la esfera política se habla calumniosamente de un regreso al viejo autoritarismo pripanista. De un nuevo tlatoani, de una renovada dictadura unipersonal, de un presidente iluso, demagogo y mesiánico.
Nada de esto ha servido para disminuir o detener la aprobación popular a López Obrador. Más bien ha ocurrido lo contrario. Cada ataque infundado, cada calumnia, cada pronóstico catastrofista redunda en el incremento de la aprobación popular del nuevo gobierno.
Y es que la testaruda realidad es más poderosa que los infundios. Existe una atmósfera social de satisfacción con lo hecho y de esperanza en nuevos y más importantes logros. 
Es claro que mientras López Obrador continúe por la ruta de gobernar para el pueblo, de gobernar para todos y no sólo para la plutocracia, la enorme aprobación popular al nuevo gobierno tenderá a mantenerse y consolidarse.
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