sábado, 2 de marzo de 2013


Treinta millones para pagos ilegales a comisionados en el SNTE

Tulio Ortiz Uribe
La Secretaría de Educación Pública (SEP) en Baja California Sur tampoco pudo escapar a las presiones y el poder político de la presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), la “maestra” Elba Esther Gordillo.

En 2011, dice el Informe del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública entregado a la Cámara de Diputados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la secretaría realizó pagos por 27 millones 389 mil 100 pesos, a 64 trabajadores (62 docentes y 2 administrativos) comisionados a la Sección III del sindicato.

Pero además, la ASF encontró que se localizaron 18 trabajadores adscritos en un “centro de trabajo AGS”, que es como se denomina a las oficinas del sindicato en todo el país,  a los que les realizaron 652 pagos, por 3 millones 333 mil 700 pesos, por lo que resultó un total de 30 millones 722 mil 800 pesos.

 De acuerdo con el reglamento de las condiciones generales de trabajo y la ley federal de los trabajadores al servicio del Estado, las comisiones sindicales se otorgan sin goce de sueldo. Por tanto no tienen fundamento legal pero se entiende que se dan por presiones del sindicato.

¿Qué significa ese subsidio que le da la SEP a la poderosa organización sindical, que debiera usar las cuotas que se descuentan a los maestros para el pago de sus comisionados? David Calderón, presidente de la organización Mexicanos Primero, asegura que en 2011 los mexicanos pagaron mil 700 millones de pesos en salarios a los maestros comisionados que realizan trabajo sindical en el SNTE. Estos recursos servirían para pagar 65 veces el programa nacional de lectura, 17 veces el programa para el fortalecimiento de la calidad en las escuelas normales y 11 veces el programa para fortalecer el servicio de telesecundarias.

David Calderón expresó que es necesario poner fin al abuso que representa el pago a profesores comisionados en labores sindicales que no dan clases, pero sí absorben recursos destinados a la educación de los niños.